lunes, 29 de octubre de 2012

Un día en el metro

Lunes 9:00 pm, salgo de clase y me dirijo a mi casa en el metro; miércoles 8:30 pm vuelvo a tomar el metro, finalmente llega el viernes 12:00 m, vuelvo a salir de la universidad y tomar la misma ruta: Aguacatala-San Antonio-Floresta. Miro a mi al rededor cada vez, una y otra vez buscando siempre lo mismo, tratando de encontrar felicidad en los rostros de los usuarios del único sistema de transporte publico decente que tiene esta ciudad, este país de hecho.  

Veo todos sus rostros, encontro tantas arrugas, lunares, cicatrices  marcas del sol el la piel, pecas, unos mas bronceados que otros, sus manos reflejan los mismos vestigios que sus rostros; todos, me parece, tienen la misma expresión: sin sonrisa, ojos que miran el vació con cierta desazón. Me pregunto que estarán pensando. Lo único que viene a mi cabeza es que no son felices.

Creía que esa mirada estaría en una persona de unos 30 o 35 años, que esta comenzando una familia, vive en incertidumbre, nos sabe que problema traerá cada día  se preocupa por los cambios económicos que trae cada año, canasta familiar y ahora que esta en una etapa de su vida piensa en pre-escolar o colegio, precios y todo lo que pueda estar relacionado. Pero no, son personas de 10, 20, 30, 50, 60 y tal vez más de 70 de años de edad, personas que viven en incertidumbre cada día, como paso que estas personas no alcanzaran un punto de estabilidad en sus vidas? ¿porque?  O porque desde tan jóvenes tienen esa desilusión en su mirada. ¿Que pensaran? ¿Soñaran despiertos o solo se preocupan por lo que va a pasar esta noche o mañana?  

Podemos culpar tantas personas, instituciones, gobierno, mercado de capitales, guerrilla y cualquier ente que generara cambio, pero cuantas veces nos detenemos a pensar que somos nosotros mismos quienes generamos cambios en la sociedad. El hecho de creer que un grano de arena no hace la diferencia en nuestra cotidianidad y largo plazo desmotiva y es un des estimulante de una sociedad en progreso.  A pesar de eso Hoy escuche una frase: "si crees que vas a triunfar, estas en lo correcto; si crees que vas a fracasar, estas en lo correcto".  Hay que seguir haciendo pequeños esfuerzos cada día; y con esfuerzos quiero decir que las decisiones que tengan que ver con otras personas de verdad pensemos en ellos. 

Colombia sí puede salir adelante, aunque haya tantos escépticos al respecto. Necesita personas con ideas que tomen la palabra y la decisión, "tomar armas" no es ninguna solución, aunque sea una metáfora.


Hoy por fin, después de pasar meses ahogándome con mis pensamientos decidí empezar a escribir este blog. La inspiración siempre estuvo ahí, pero faltaba el impulso final; ¿de que sirve pensar, desarrollar y querer cambio si no se hace nada para encontrarlo? ¿como esperar cambiar mentes sin tomar palabras en el asunto?
Mi impulso para hacer esto es mi país y  la gente que lo habita. La gente real, no la de las revistas ni televisión  tampoco los que van en su carro con las ventanas cerradas con música evitando escuchar o ver la realidad en la que vivimos.

Espero que lo que digo y mis pensamiento generen reflexión, mas preguntas y al final del día un país mejor. Me interesa generar cambio al menos en una persona. Un buen comienzo para una reforma estructural.